El rey, padre del príncipe, hizo coronar a su hijo ese mismo día y, besándole la mano, lo puso en el trono, pese a la resistencia de aquel hijo bien nacido; pero había que obedecer. Las fiestas de esta ilustre boda duraron cerca de tres meses y el amor de los dos esposos todavía duraría si los dos no hubieran muerto cien años después. MORALEJA El cuento de Piel de Asno parece exagerado; pero mientras existan en el mundo criaturas y haya madres y abuelas que narren aventuras, estará su recuerdo conservado.
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