El cotorro de Cascorro nació en Madrid, hijo de una cotorra de Guayaquil. La dueña del cotorro de Cascorro le cortó las uñas y le hizo un gorro. El cotorro de Cascorro era de lo que no hay, decía: Contra lo "chungo" lo "guay". Contra lo "chungo" lo "guay". Así lo dijo, porque era más chulo que un botijo. Cuando llegó a mayor le metieron una cotorra en la jaula. El cotorro feliz dijo: -Tengo una alumna en el aula. La cotorra por la jaula trepa que trepa. Y el cotorro recitando: -¡Viva la Pepa! ¡Viva la Pepa!
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