Con el que le había entregado el campesino tenía ahora el carretón lleno. «Me he cobrado bien el caballo» se dijo cuando, de vuelta a su casa, desparramó el dinero en medio de la habitación. «¡La rabia que tendrá Colás el Grande cuando vea que me he hecho rico con mi único caballo!; pero no se lo diré».
(Autor: Hans Christian Andersen) |