Regalaron a los niños un cachorro de seis días. El perrito casi no andaba ni veía. Le criaron con biberón y puré de salchichas, pero no lo acariciaban, le estrujaban, le estrujaban. ¡qué paliza! El perro a los niños les alegraba, les hacía niñerías. Los niños al perro le hacían perrerías. Creció el perro paso a paso, y los niños ya no le hacían caso. Cuando la familia se fue de vacaciones, le abandonaron en la carretera entre unos camiones. Y dijo el perro ladrando en voz alta (que quien lo escuche se asombre) -Me dan ganas de dejar de ser el mejor amigo del hombre. Pasó días sin beber nada, sin comer algo. El perro cambió de raza, parecía un galgo. Le recogió un viejo mendigo. Le dijo: -Voy a ser tu amigo, te cortaré el flequillo y serás mi lazarillo. El perro movió el rabo, estiró el hocico, movió la nariz, por primera vez fue feliz.
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