Respondió el primer soldado: - En el Mar del Norte hay un caballo marino muerto. Éste será el asado. Irritose el diablo y, refunfuñando, «¡jum, jum!», preguntó al segundo: -¿Y cuál será vuestra cuchara?. -El costillaje de una ballena, ésa será nuestra cuchara de plata. Torció el diablo el gesto y, volviendo a refunfuñar «¡jum, jum, jum!», dirigiose al tercero: -¿Saben también cuál ha de ser vuestra copa de vino?. -Un viejo casco de caballo, ésa será nuestra copa de vino. Al oír esto, el diablo soltó una palabrota y salió a escape, perdido todo poder sobre ellos. Los soldados se quedaron con el látigo, con el cual tuvieron el dinero a manos llenas, y vivieron felices el resto de sus días.
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