¡Ahí va esto para el corregidor! Y, vaciándose los bolsillos, arrojó todo el barro a la cara del personaje. -¡Magnífico! -exclamó la princesa-. Yo no habría podido. Pero aprenderé. Y de este modo Juan el bobo fue Rey. Obtuvo una esposa y una corona y se sentó en un trono Y todo esto lo hemos sacado del diario del corregidor, lo cual no quiere decir que debamos creerlo a pies juntillas. (Autor: Hans Christian Andersen) |