Disputaban entre sí el abeto y el espino. Se jactaba el abeto diciendo:
Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir las naves y los techos de los templos. ¿ Cómo tienes la osadía de compararte a mí ?.
¡ Si recordaras-replicó el espino- las hachas y las sierras que te cortan, preferirías la suerte del espino !.
Busca siempre la buena reputación pues es una gran honra, pero sin jactarte por ello, y también cuídate de los que quieren aprovercharse de ella para su propio provecho.