Fíjate bien en el dibujo. No queremos que tus bromas causen sustos, ni disgustos, en tu familia o entre tus amigos o vecinos. Las bromas tienen que ser graciosas y divertidas, y nunca deben servir para reirse de nadie, ni de sus defectos ni de cualquier otra circunstancia (su forma de vestir, el color de su piel, etc.). Debes aprender a diferenciar una broma de una gamberrada. Con las bromas se ríe todo el mundo. Con las gamberradas haremos llorar a mucha gente. Piénsalo bien. No sigas malos consejos de las personas que quieren hacer daño a otras.