Queso, jamón, atún de lata o cualquier otro ingrediente con el que queramos rellenar las patatas.
Un poco de mantequilla.
Lavamos muy bien las patatas al grifo (con agua fría) y secamos las patatas (con un trapo o un papel de cocina). Las untamos con mantequilla y le decimos a una persona mayor de la casa que nos encienda el horno. Colocamos las patatas en la bandeja del horno y pedimos que nos metan la bandeja al horno caliente (unos 180º) durante unos 40 minutos.
Sabemos que las patatas están hechas cuando las piquemos con el tenedor o un palillo y estén blanditas. Entonces en una sarten pedimos a papá o mamá que no rehogue un poco la cebolla. Cuando este bien rehogada la dejamos apartada para después.
Cortamos las patatas por la mitad y las vaciamos con cuidado, cuando hayan enfriado un poco (las podemos vaciar con una cucharrilla); hay que tener cuidado de no romperlas (las vaciamos como si estuviésemos comiendo un yogur); con la pasta de patata que saquemos la ponemos en un bol y la mezclamos con la cebollita rehogada y con el ingrediente que más nos guste; unas tiritas de jamón (serrano o de york), un latita de atún, algún tipo de queso, etc. Mezclamos todo bien y volvemos a rellenar las patatas con esta "masa".
Volvemos a colocar todas las patatas en la bandeja del horno, espolvoreamos un poco de queso y pedimos que nos metan de nuevo la bandeja en el horno, en la posición de grill (una posición en la que el horno solo calienta por arriba y tuesta los alimentos), y gratinamos unos minutos (no más de cinco).
Y ya tenemos listo un rico y nutritivo plato para comer. Que buenos somos cocinando. Ah ! y no se nos ha olvidado decirte que peles las patatas.Si están bien lavadas son muy ricas con su piel, pero si quieres puedes pelarlas.