Vestido de fiesta, misa de domingo, vermouth en la plaza, propina de mi tío. Niños bien vestidos, algunos llorando no puedes jugar que estás arreglado. Siempre de la mano mi padre me lleva, nunca me suelta ni en la calle ni en la iglesia. Mi madre me mira, sonrie y me besa, ¡el niño más guapo en toda la tierra! La plaza se llena de padres y madres, de niños y abuelas; el baile comienza. Es día de fiesta bulliciosa plaza, de niños que juegan y padres que bailan al son de la orquesta. Así es el domingo, domingo de feria, mi pueblo que pierde su cara más seria. (Autor: Charls Rou.)
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