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Es natural que los padres se preocupen por la salud y el bienestar de sus hijos. Muchos padres correctamente y cómodamente ven a sus niños como normales. Sin embargo, algunos otros padres se preocupan porque su bebé, niño o adolescente tiene un problema.
Estas preocupaciones pueden deberse a varias razones, por ejemplo:
.- cómo se está desarrollando el niño,
.- el bienestar emocional del niño,
.- qué dice o piensa y siente el niño,
.- cómo el niño actúa, por ejemplo: sus hábitos de comer y de dormir, su comportamiento en la escuela, cómo se lleva con su familia y sus amigos y cómo se enfrenta al estrés.
Los psiquiatras de niños y adolescentes pueden ayudar a los padres y a la familia a poder determinar si su niño es normal. Ellos generalmente entrevistan al niño y le hacen preguntas a los padres acerca de la salud previa del niño y sobre su comportamiento.
También pueden hacer preguntas acerca de cómo se lleva la familia. Es probable que los bebés, los niños o los adolescentes sean normales si a la edad apropiada ellos participan totalmente y disfrutan:
.- aprendiendo, la escuela y/o el trabajo,
.- de las relaciones dentro de la familia,
.- de las relaciones con sus amigos, y jugando.
Muchos padres discuten primero sus preocupaciones sobre la normalidad de su hijo con un miembro de la familia, un amigo, el médico del niño, un consejero escolar, o un miembro del clero--quien puede entonces referir la familia a un psiquiatra de niños y adolescentes. El o ella escuchará cuidadosamente a los padres y al niño antes de esclarecer cuáles son:
.- los factores a largo plazo que tienden a dirigir hacia, a proteger en contra de, los problemas que se desarrollan en el niño,
.- los factores a corto plazo que desencadenan los problemas del niño,
.- los factores que causan que estos problemas persistan,
.- el papel que juegan otras condiciones médicas, y
la combinación del aprendizaje escolar con el desarrollo social y emocional.
Basado en la evaluación, el psiquiatra de niños y adolescentes podrá:
.- tranquilizar a los padres explicándoles cómo pueden reforzar el desarrollo normal y ser más efectivos en la crianza,
.- sugerir actividades o un programa educacional para el niño, y/o educación para los padres, que refuerce los procesos normales de desarrollo;
.- proveer o planear breves sesiones de consejería para ayudar a los padres y al niño con problemas menores del desarrollo, en situaciones de la vida que produzcan estrés, o en las dificultades debido al temperamento del niño.
Si la evaluación revela que el niño tiene un desorden psiquiátrico, el psiquiatra de niños y adolescentes recomendará un programa de tratamiento específico.
Los padres, mejor que cualquier otra persona, conocen a su hijo y saben cuál es el comportamiento normal de su niño. Si le parece que su hijo tiene un problema, busque ayuda profesional.
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