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Con las plumas de un pavo
un grajo se vistió; pomposo y bravo
en medio de los pavos se pasea;
la manada lo advierte, lo rodea:
todos le pican, burlan y lo envían,
¿Dónde, si ni los grajos le querían?
¿Cuánto ha que repetimos este cuento,
sin que haya en los plagiarios escarmiento?
( Autor: Samaniego).
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