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Bebiendo un perro en el Nilo,
al mismo tiempo corría.
«Bebe quieto», le decía
un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente:
«Dañoso es beber y andar;
pero ¿es sano el aguardar
a que me claves el diente?»
¡Oh qué docto perro viejo!
Yo venero su sentir
en esto de no seguir
del enemigo el consejo.
( Autor: Samaniego).
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