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A Don Javier María de Munive e Maquez,
conde de Peñaflorida, director perpetuo
de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País.
Mientras que con la espada en mar y tierra
los ilustres varones
engrandecen su fama por la guerra,
so juzgando naciones,
tú, Conde, con la pluma y el arado,
ya enriqueces la patria, ya la instruyes,
y haciendo venturosos has ganado
el bien que buscas y el laurel que huyes.
Con darte todo al bien de los humanos
no contento tu celo,
supo unir a los nobles ciudadanos
para felicidad del patrio suelo.
La hormiga codiciosa
trabaja en sociedad fructuosamente,
y la abeja oficiosa
labra siempre ayudada de su gente.
Así unes a los hombres laboriosos
para hacer sus trabajos más fructuosos.
Aquél viaja observando
por las naciones cultas;
éste con experiencias va mostrando
las útiles verdades más ocultas.
Cuál cultiva los campos, cuál las ciencias;
y de diversos modos,
juntando estudios, viajes y experiencias,
resulta el bien en que trabajan todos.
¡En que trabajan todos! Ya lo dije,
por más que yo también sea contado.
el sabio Presidente que nos rige
tiene aun al más inútil ocupado.
Darme, Conde, querías un destino,
al contemplarme ocioso e ignorante.
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