Este juego tiene un cierto parecido con el juego de las sillas. Se elige una persona que sea el juez o director del juego. Al ritmo de la música o la canción que cante el niño que dirige el juego todos se mueven por el patio o el lugar donde se juegue.
En el momento en el que se para la música o deja de cantar, el director dice un número, cinco, por ejemplo. Y todos los niños deben hacer grupos con este número. Aquel que no llegue a tiempo a ningún grupo pierde. Ganan los dos niños que queden al final. El número puede ser distinto cada vez.
Para elegir un nuevo "director" de juego, se echa a suertes entre todos los que han perdido.