Y en tan inocente afán, como su gusto entretienen, así vagabundas vienen, y así vagabundas van. A veces en su embeleso la mariposa, al pasar, suele fugaz estampar sobre su mejilla un beso. Y rauda su vuelo alzando, la niña de angel blasona, al trazar una corona sobre su frente girando. Y siguen acordemente la mariposa en sus giros, la niña con sus suspiros, con sus rumores la fuente. Vagan los aires süaves formando dobles acentos, y al grato son de los vientos, siguen cantando las aves. Y entre tanta melodía, tanta corriente murmura, que es todo el aire frescura, aroma, luz y armonía. Y susurrando congojas prosiguen mintiendo quejas, en el pensil las abejas, y en la enramada las hojas. Y tiernas flores hollando, y frescas auras batiendo, la niña sigue corriendo, la mariposa volando. (Autor: Ramón de Campoamor.)
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