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 Vió en una huerta  dos lagartijas
 cierto curioso
 naturalista.
 Cógelas ambas,y a toda prisa
 quiere hacer con ellas
 buena anatomía.
 Ya me ha pillado  a la más rolliza;
 miembro por miembro
 ya me la trincha;
 mira el microscopio,
 luego la aplica.
 Patas y cola,pellejo y tripas,
 ojos y cuello,
 lomo y barriga,
 todo lo aparta
 y lo examina.
 Toma la pluma;  de nuevo mira,
 escribe un poco,
 y recapacita.
 En sus mamotretodespués registra,
 y vuelve a la propia
 carnicería.
 Varios curiosos  de su pandilla
 entran a verle;
 dales noticia
 de lo que observa:
 unos se admiran,
 otros preguntan,
 otros cavilan.
 Finalizada  la anatomía
 cansose el sabio
 de lagartija.
 Soltó la otra  que aún estaba viva,
 ella se vuelve
 a sus rendijas,
 en donde, hablando
 con sus vecinas,
 todo el suceso
 les participa.
 
 
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