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Nuestra mona la miraba con un gesto de bellaca: y al fin dijo: «¡Patarata! Has juntado lindas maulas. Aquí tienes quien te gana, porque es útil lo que guarda. Si no, mira mis quijadas. Bajo de ellas, camarada, hay dos buches o papadas, que se encogen y se ensanchan. Como aquello que me basta, y el sobrante guardo en ambas para cuando me haga falta, tú amontonas, mentecata, trapos viejos y morralla; mas yo, nueces, avellanas, dulces, carne, y otras cuantas provisiones necesarias. Y esta mona redomada, ¿habló sólo con la urraca? Me parece que más habla con algunos que hacen gala de confusas misceláneas, y fárrago sin sustancia. Moraleja: El verdadero caudal de erudición no consiste en hacinar muchas noticias, sino en recoger con elección las útiles y necesarias.
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