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Opinan luego al instante, y nadie está discrepante, que a la nueva compañera la dirección se confiera de cierta gran correría con que buscar se debía, en aquel país tan vasto, la provisión para el gasto de toda la mona tropa. (¡Lo que es tener buena ropa!). La directora, marchando con las huestes de su mando, perdió, no sólo el camino, sino, lo que es peor, el tino; y sus necias compañeras atravesaron laderas, bosques, valles, cerros, llanos, desiertos, ríos, pantanos; y al cabo de la jornada, ningúna dió palotada: y éso que en toda su vida hicieron otra salida en que fuese el capitán más tieso, ni más galán Por poco no queda mona a vida con la intentona; y vieron por experiencia que la ropa no da ciencia. Pero, sin ir a Tetuán, también acá puede hallar monos que, aunque vistan de estudiantes, se han de quedar lo mismo que eran ántes. Moraleja: Hay trajes propios de algunas profesiones literarias, con los cuales aparentan muchos el talento que no tienen.
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